Incluso un aumento de 1000 dólares ya es suficiente para emocionarnos. Nuestros receptores de dopamina se han vuelto completamente adictos, cada pequeña vela verde acelera nuestro pulso. Estar en estos mercados a veces es así: incluso pequeñas ganancias nos parecen una gran victoria. ¿Somos masoquistas, adictos? Quizás ambos. Pero al final, todos estamos en el mismo barco, como inversores que experimentan la adrenalina al máximo en cada movimiento del precio.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
9 me gusta
Recompensa
9
10
Republicar
Compartir
Comentar
0/400
MEVHunter
· Hace37m
Los Bots de arbitraje están luchando, las tarifas de gas están a punto de igualar la rentabilidad.
Ver originalesResponder0
LayerZeroHero
· hace20h
El viejo problema de que el corazón se acelera al ver números ha vuelto a aparecer.
Ver originalesResponder0
RektRecovery
· hace23h
patrón clásico de adicción a la dopamina... lamentablemente predecible en este ciclo de mercado
Ver originalesResponder0
DeFiVeteran
· 11-06 06:48
Retrato preciso de la rutina de los tontos apostadores
Ver originalesResponder0
RugDocDetective
· 11-04 19:38
¿Qué? Solo subió k, típico de la mentalidad de tontos.
Ver originalesResponder0
MemeTokenGenius
· 11-04 19:37
Todo lo que gana dinero me entusiasma, dejarse llevar, no puedo detenerme.
Ver originalesResponder0
BlockDetective
· 11-04 19:35
Ganar dinero es ser un apostador.
Ver originalesResponder0
MissingSats
· 11-04 19:32
Solo porque tu moneda suba k, te pones así de emocionado.
Ver originalesResponder0
GateUser-afe07a92
· 11-04 19:15
tontos solo aman perseguir el precio y correr bajo
Incluso un aumento de 1000 dólares ya es suficiente para emocionarnos. Nuestros receptores de dopamina se han vuelto completamente adictos, cada pequeña vela verde acelera nuestro pulso. Estar en estos mercados a veces es así: incluso pequeñas ganancias nos parecen una gran victoria. ¿Somos masoquistas, adictos? Quizás ambos. Pero al final, todos estamos en el mismo barco, como inversores que experimentan la adrenalina al máximo en cada movimiento del precio.