"La cuenta del Ministerio de Hacienda está a punto de agotarse" — ¿suena a una exageración? Pero esto está sucediendo de verdad. Desde principios de octubre hasta ahora, el gobierno federal de EE. UU. ha estado cerrado durante 35 días, lo que iguala directamente el récord histórico de la mayor paralización, establecido en 1995 y 2018. Lo que es aún más preocupante es que el 4 de noviembre, esa votación clave en el Senado fracasó nuevamente, y los dos partidos siguen discutiendo; por cada día que se pierde, se incrementa un día más en este récord, y los nervios del mercado global también se tensan un poco más.

Puede que te preguntes, ¿qué tiene que ver el cierre del gobierno al otro lado del océano con los activos que tenemos en nuestras manos? Mira el mercado reciente y lo entenderás: los tres índices bursátiles de EE. UU. han estado cayendo durante tres semanas consecutivas, el S&P 500 ha disminuido más del 7% desde su punto máximo en octubre; el Bitcoin ha caído directamente de 120,000 dólares a 98,000 dólares, con un monto de liquidación diario que supera los 1,200 millones de dólares; incluso el oro, que siempre se considera un "refugio seguro", no ha podido soportarlo, cayendo de 4,381 dólares la onza a 3,930 dólares. Esta caída colectiva de los activos globales ya no es solo un problema de los estadounidenses, sino que ha afectado de manera tangible a los bolsillos de cada inversor.

**Parálisis del gobierno durante 35 días: de "atasco" a "media parálisis"**

Este estancamiento que ya dura 35 días ha hecho que el gobierno de EE. UU. pase de "funcionar mal" a "no funcionar en absoluto". La vida diaria de innumerables personas se ha visto interrumpida, y las partes clave de la máquina estatal están apagándose una por una.

El impacto más directo recayó sobre 800,000 empleados federales. Estas personas ahora enfrentan una absurda disyuntiva: o siguen trabajando pero no reciben salario, o son notificados directamente de un "descanso" pero igualmente sin ingresos.