Hablando del sistema de cuentas de Ethereum, en realidad tiene una diferencia fundamental con Bitcoin.

En Bitcoin no existe el concepto de "cuenta", solo hay direcciones de billetera y UTXO (salidas de transacciones no gastadas). Pero en Ethereum es diferente, se abre una cuenta directamente para cada usuario, tu saldo de ETH y varios tokens ERC20 está claramente registrado en la cuenta.

Ethereum divide las cuentas en dos grandes categorías:

La primera se llama cuenta externa, que es el tipo que los usuarios comunes controlan con una clave privada. Para transferir fondos o invocar contratos, todo debe hacerse a través de la cuenta externa.

El segundo tipo es la cuenta de contrato, que no está directamente controlada por nadie, sino que está determinada por el código del contrato inteligente. Este tipo de cuenta es bastante pasiva, no puede iniciar transacciones de forma activa, solo se activará según la lógica preestablecida cuando sea desencadenada.

Cada cuenta de Ethereum contiene cuatro piezas clave de información: un número aleatorio, un saldo, un hash de código de contrato y un espacio de almacenamiento. La parte del código de contrato es muy especial: una vez que se despliega en la cadena, el codeHash se fija y no se puede modificar posteriormente. Esta es también la razón por la cual se dice que los contratos inteligentes son inmutables una vez desplegados.

Las cuentas de contrato también pueden jugar con la firma múltiple. Por ejemplo: Alice quiere transferir 20 ETH a Bob a través de un contrato, pero este contrato tiene un mecanismo de doble firma, lo que requiere que tanto Alice como Charles firmen para que se ejecute. Este diseño es especialmente útil en escenarios de gestión de fondos, ya que equivale a añadir un seguro a las transferencias de grandes sumas.

Por lo tanto, el modelo de cuenta de Ethereum, en esencia, ha construido una infraestructura financiera más flexible para el mundo de la blockchain.