Si piensas que las transferencias de Bitcoin son demasiado lentas o que las tarifas de gas de Ethereum son demasiado caras, probablemente hayas oído una palabra: DAG (Grafo Acíclico Dirigido). ¿Qué es exactamente esto y por qué afirma querer eliminar a la cadena de bloques?
Todos conoces los puntos débiles de la cadena de bloques
Imagina: compras un billete en la estación de tren, cada tren (bloque) solo puede transportar una cantidad fija de pasajeros (operaciones). En horas punta, hay mucha gente y quizás tengas que esperar varias salidas para poder subir. Desde que envías una operación hasta que se confirma, puede ser desde unos segundos hasta varias horas. Esto es el “infierno de la espera” en la cadena de bloques.
¿Pero qué pasa con la seguridad? Precisamente porque la creación de bloques es lenta y la minería es costosa, los mineros tienen incentivos para trabajar honestamente, lo que garantiza la seguridad de la red. Es un clásico dilema de “el pez y la torta”.
¿Hay alguna forma de tenerlo todo? El DAG dice: sí.
La lógica central del DAG: no hay bloques, solo cadenas de operaciones
De manera simple y directa: el DAG es cambiar la “cadena” de la cadena de bloques por una “red” de operaciones en paralelo.
Cadena de bloques: Operación A → Operación B → Operación C (se agrupan en orden en bloques)
DAG: Operaciones A, B, C, D… se realizan simultáneamente, cruzándose y haciendo referencia unas a otras (como una telaraña)
¿Pero cómo funciona exactamente?
Cuando envías una nueva operación, necesitas confirmar algunas operaciones anteriores. El sistema selecciona automáticamente la “cadena” de operaciones con más peso (peso = número de confirmaciones) para rastrear el historial. Así se evita el doble gasto y se permite que todas las operaciones se procesen en paralelo.
Un ejemplo: no todos entran por una misma puerta (bloque), sino que cada uno puede entrar por diferentes caminos, siempre que puedan demostrar que no hacen trampa.
Los tres principales puntos fuertes del DAG
1. ¡A toda velocidad!
No hay límite de tiempo para crear bloques, en teoría puede escalarse infinitamente la capacidad. Algunos proyectos afirman poder soportar millones de operaciones por segundo. Comparado con los 7 por segundo de Bitcoin, esto es como “a la velocidad de la luz”.
2. ¿Minería? No hace falta
El DAG no usa consenso PoW, por lo que no emite emisiones de carbono. Cada participante solo necesita realizar un cálculo ligero para verificar operaciones, mucho más amigable para dispositivos comunes.
3. Tarifa de trading = 0 (o casi cero)
Dado que no hay mineros que recompensar, las tarifas pueden ser casi nulas. Esto es una bendición para el internet de las cosas (IoT) y los micro pagos: imagina que cada sensor se comunica sin preocuparse por tarifas.
Pero esta tecnología también tiene sus inconvenientes
Problema 1: riesgo de centralización
Actualmente, algunos proyectos DAG (como IOTA con su Tangle) mantienen ciertos elementos centralizados, como un “coordinador” para prevenir ataques. Esto es como “hacer concesiones por seguridad”, y a largo plazo puede no ser sostenible.
Problema 2: aún no ha sido probado en el tiempo
Los proyectos DAG son relativamente nuevos y no han sido validados en escenarios reales a gran escala. Es difícil predecir si, ante un aumento masivo de usuarios, este mecanismo seguirá funcionando de manera estable.
Problema 3: falta de finalización definitiva
Al igual que en la cadena de bloques, el DAG no tiene una “confirmación definitiva” absoluta. En teoría, una operación podría ser revertida (aunque la probabilidad es muy baja).
Conclusión: buen potencial, pero sin exagerar
El DAG no es el fin de la cadena de bloques, sino una posible vía alternativa. En operaciones de alta frecuencia, internet de las cosas y micro pagos, sí tiene ventajas.
Pero hasta que no se resuelvan los problemas de descentralización total y de validación en gran escala, decir que revolucionará todo es prematuro. ¿Invertir en monedas DAG ahora? Riesgo: todavía es una tecnología en desarrollo.
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DAG vs Bloquear: ¿por qué hay quienes dicen que es la revolución de pagos del futuro?
Si piensas que las transferencias de Bitcoin son demasiado lentas o que las tarifas de gas de Ethereum son demasiado caras, probablemente hayas oído una palabra: DAG (Grafo Acíclico Dirigido). ¿Qué es exactamente esto y por qué afirma querer eliminar a la cadena de bloques?
Todos conoces los puntos débiles de la cadena de bloques
Imagina: compras un billete en la estación de tren, cada tren (bloque) solo puede transportar una cantidad fija de pasajeros (operaciones). En horas punta, hay mucha gente y quizás tengas que esperar varias salidas para poder subir. Desde que envías una operación hasta que se confirma, puede ser desde unos segundos hasta varias horas. Esto es el “infierno de la espera” en la cadena de bloques.
¿Pero qué pasa con la seguridad? Precisamente porque la creación de bloques es lenta y la minería es costosa, los mineros tienen incentivos para trabajar honestamente, lo que garantiza la seguridad de la red. Es un clásico dilema de “el pez y la torta”.
¿Hay alguna forma de tenerlo todo? El DAG dice: sí.
La lógica central del DAG: no hay bloques, solo cadenas de operaciones
De manera simple y directa: el DAG es cambiar la “cadena” de la cadena de bloques por una “red” de operaciones en paralelo.
¿Pero cómo funciona exactamente?
Cuando envías una nueva operación, necesitas confirmar algunas operaciones anteriores. El sistema selecciona automáticamente la “cadena” de operaciones con más peso (peso = número de confirmaciones) para rastrear el historial. Así se evita el doble gasto y se permite que todas las operaciones se procesen en paralelo.
Un ejemplo: no todos entran por una misma puerta (bloque), sino que cada uno puede entrar por diferentes caminos, siempre que puedan demostrar que no hacen trampa.
Los tres principales puntos fuertes del DAG
1. ¡A toda velocidad!
No hay límite de tiempo para crear bloques, en teoría puede escalarse infinitamente la capacidad. Algunos proyectos afirman poder soportar millones de operaciones por segundo. Comparado con los 7 por segundo de Bitcoin, esto es como “a la velocidad de la luz”.
2. ¿Minería? No hace falta
El DAG no usa consenso PoW, por lo que no emite emisiones de carbono. Cada participante solo necesita realizar un cálculo ligero para verificar operaciones, mucho más amigable para dispositivos comunes.
3. Tarifa de trading = 0 (o casi cero)
Dado que no hay mineros que recompensar, las tarifas pueden ser casi nulas. Esto es una bendición para el internet de las cosas (IoT) y los micro pagos: imagina que cada sensor se comunica sin preocuparse por tarifas.
Pero esta tecnología también tiene sus inconvenientes
Problema 1: riesgo de centralización
Actualmente, algunos proyectos DAG (como IOTA con su Tangle) mantienen ciertos elementos centralizados, como un “coordinador” para prevenir ataques. Esto es como “hacer concesiones por seguridad”, y a largo plazo puede no ser sostenible.
Problema 2: aún no ha sido probado en el tiempo
Los proyectos DAG son relativamente nuevos y no han sido validados en escenarios reales a gran escala. Es difícil predecir si, ante un aumento masivo de usuarios, este mecanismo seguirá funcionando de manera estable.
Problema 3: falta de finalización definitiva
Al igual que en la cadena de bloques, el DAG no tiene una “confirmación definitiva” absoluta. En teoría, una operación podría ser revertida (aunque la probabilidad es muy baja).
Conclusión: buen potencial, pero sin exagerar
El DAG no es el fin de la cadena de bloques, sino una posible vía alternativa. En operaciones de alta frecuencia, internet de las cosas y micro pagos, sí tiene ventajas.
Pero hasta que no se resuelvan los problemas de descentralización total y de validación en gran escala, decir que revolucionará todo es prematuro. ¿Invertir en monedas DAG ahora? Riesgo: todavía es una tecnología en desarrollo.