La caída de Klaus Schwab es espectacular. El fundador del Foro Económico Mundial, a los 87 años, enfrenta acusaciones devastadoras: conducta inapropiada sistemática, irregularidades financieras y abuso de poder durante una década, según una investigación interna que salió a la luz en el Wall Street Journal.
Lo jugoso del escándalo
Todo comenzó en abril cuando un denunciante anónimo acusó a Schwab de malversar fondos y maltratar empleados. Los suizos de Homburger se pusieron manos a la obra, entrevistando a más de 50 personas actuales y ex empleados. Los resultados preliminares son brutales:
En lo personal: Un mail de 2020 que Schwab envió a una ejecutiva senior preguntando “¿Sientes que estoy pensando en ti?” en plena madrugada. Su defensa: era solo una figura paternal. Claro.
En lo financiero: $1.1 millones en gastos de viaje cuestionables. Su esposa Hilde volaba en primera clase a eventos del WEF sin tener ni un cargo oficial. Luego están los $63,000 en vacaciones a Venecia, Miami y las Seychelles (con poca evidencia de que fuera “trabajo”). Y los detalles menores: 14 masajes en hoteles, gemelos de Tiffany personalizados, abrigos de piel, juegos de té rusos.
La cereza: Los Schwab usaron fondos del Foro para renovar Villa Mundi, una propiedad junto al Lago de Ginebra. Contrataron a la misma firma de diseño que había trabajado en sus proyectos personales. ¿Coincidencia?
Las consecuencias
Schwab renunció como presidente del WEF en Pascua. El informe final llegará a finales de agosto a los fiscales suizos, que podrían presentar cargos criminales. Schwab niega todo y contraataca: acusa a la junta de violar acuerdos de confidencialidad y presentó una denuncia penal por difamación contra los denunciantes anónimos.
Esta situación corrobora un reporte del WSJ de 2023 que describía el WEF como un ambiente tóxico para mujeres y empleados negros. Parece que el ambiente no era problema de los empleados.
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
Klaus Schwab: de gurú global a acusado de malversación y acoso
La caída de Klaus Schwab es espectacular. El fundador del Foro Económico Mundial, a los 87 años, enfrenta acusaciones devastadoras: conducta inapropiada sistemática, irregularidades financieras y abuso de poder durante una década, según una investigación interna que salió a la luz en el Wall Street Journal.
Lo jugoso del escándalo
Todo comenzó en abril cuando un denunciante anónimo acusó a Schwab de malversar fondos y maltratar empleados. Los suizos de Homburger se pusieron manos a la obra, entrevistando a más de 50 personas actuales y ex empleados. Los resultados preliminares son brutales:
En lo personal: Un mail de 2020 que Schwab envió a una ejecutiva senior preguntando “¿Sientes que estoy pensando en ti?” en plena madrugada. Su defensa: era solo una figura paternal. Claro.
En lo financiero: $1.1 millones en gastos de viaje cuestionables. Su esposa Hilde volaba en primera clase a eventos del WEF sin tener ni un cargo oficial. Luego están los $63,000 en vacaciones a Venecia, Miami y las Seychelles (con poca evidencia de que fuera “trabajo”). Y los detalles menores: 14 masajes en hoteles, gemelos de Tiffany personalizados, abrigos de piel, juegos de té rusos.
La cereza: Los Schwab usaron fondos del Foro para renovar Villa Mundi, una propiedad junto al Lago de Ginebra. Contrataron a la misma firma de diseño que había trabajado en sus proyectos personales. ¿Coincidencia?
Las consecuencias
Schwab renunció como presidente del WEF en Pascua. El informe final llegará a finales de agosto a los fiscales suizos, que podrían presentar cargos criminales. Schwab niega todo y contraataca: acusa a la junta de violar acuerdos de confidencialidad y presentó una denuncia penal por difamación contra los denunciantes anónimos.
Esta situación corrobora un reporte del WSJ de 2023 que describía el WEF como un ambiente tóxico para mujeres y empleados negros. Parece que el ambiente no era problema de los empleados.