El Puente Occidental de Corea del Norte: Criptografía, Espías y un Consultor Español

¿Quién es el intermediario entre Occidente y el régimen norcoreano? Según Bloomberg, ese papel lo juega Alejandro Cao de Benós, un consultor informático español residente en Tarragona que funciona como portavoz semi-oficial y gestor de relaciones públicas de Pyongyang.

La Red: Amistad, Negocio y Criptografía

Cao de Benós fundó la Asociación de Amistad Coreana, un club de fans internacional del régimen, que actúa como fachada para conectar inversores y empresarios occidentales con Corea del Norte. Su rol va más allá: es el contacto principal para cualquier occidental interesado en “hacer negocios” con Pyongyang.

Las Detenciones Que Dieron Miedo (Por Un Momento)

En 2022, el FBI tomó acción:

• Virgil Griffith, investigador de criptos estadounidense, fue arrestado
• Christopher Emms, empresario británico y miembro de la rama británica de la asociación, fue perseguido por organizar conferencias sobre blockchain

Según Christopher Green, consultor senior de Corea, estas detenciones fueron más un espectáculo que un golpe real. Los expertos admiten que la información compartida en esas conferencias ya era conocida por Pyongyang.

El Botín: Miles de Millones en Criptomonedas Robadas

Desde al menos 2017, Corea del Norte ha perpetrado robos criptográficos masivos, sustrayendo miles de millones de dólares. ¿El objetivo? Financiar su programa nuclear y evadir sanciones internacionales. Cao de Benós, naturalmente, niega la mayoría de los hechos negativos sobre el régimen, aunque admite tímidamente que existe la pena capital.

El Estado Actual: ¿Buscado o Ileso?

Aquí es donde se pone interesante. El pasaporte de Cao de Benós está retenido por las autoridades españolas por un cargo de armas ilegales de ocho años atrás. Las autoridades estadounidenses supuestamente han retirado su solicitud de extradición.

Cao de Benós permanece desafiante: proclama su “victoria” en esta primera batalla contra EE.UU. como señal de que está en el camino correcto. Su actitud subraya una verdad incómoda: a pesar de los esfuerzos de aplicación de la ley, los grandes actores en la operación criptográfica norcoreana siguen operando en las sombras.