La transferencia internacional tradicional realmente puede ser un proceso complicado: los bancos y las instituciones de pago suelen cobrar entre un 3% y un 5% en comisiones, y es normal que el dinero esté en tránsito durante tres o cinco días. Además, si hay fluctuaciones en el tipo de cambio, los usuarios deben asumir el riesgo por sí mismos.
Recientemente, se ha observado que una stablecoin llamada XPL ha comenzado a hacer movimientos en el campo de los pagos transfronterizos. Su lógica no es muy compleja: eliminar a los intermediarios, permitiendo transferencias directas entre usuarios, con la promesa de comisiones cero y fondos que llegan en segundos. En cuanto a su estabilidad, se dice que se mantiene mediante un mecanismo de reservas en la cadena Plasma, con una paridad 1:1 respecto al dólar. Sin embargo, la transparencia de este mecanismo y su funcionamiento real aún deben ser observados de cerca.
En el sudeste asiático y América Latina, ya hay pequeñas y medianas empresas que están probando esta tecnología. Un ejemplo es una empresa de exportación de ropa en Vietnam que utilizó XPL para pagar a un proveedor en China. Antes, tenían que pagar 2000 dólares en comisiones y esperar cinco días; ahora, ahorran esa comisión y el pago es instantáneo. Según sus cálculos, ahorran unos 100,000 dólares al año y han triplicado la velocidad de circulación de su capital. Aunque estos datos parecen prometedores, todavía no hay estadísticas oficiales que confirmen cuántas empresas están adoptando esta tecnología a gran escala ni cuál es la aceptación del mercado.
Lo más interesante es la penetración en escenarios de consumo diario. Se dice que Plasma ya está integrado en más de 100,000 comercios físicos en todo el mundo, incluyendo restaurantes, tiendas y transporte. Sus billeteras digitales permiten pagos mediante escaneo de código, con un proceso similar al de WeChat Pay o Alipay, y las transacciones se completan en unos 10 segundos. Además, los comerciantes realizan promociones como "descuentos por pagos con XPL" para atraer a los usuarios.
Pero, para que los pagos con criptomonedas realmente se integren en la vida cotidiana, no basta con tener tecnología y cobertura en los comercios. La regulación, la educación de los usuarios y la estabilidad del valor de la moneda son desafíos clave que hay que afrontar. Solo así se podrá determinar qué tan lejos puede llegar esta tendencia.
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PumpDoctrine
· 11-08 21:14
He tenido una buena experiencia, confiable.
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TokenSleuth
· 11-07 12:14
Esta cadena pública de margen que ni siquiera se atreve a poner huevos, quien lo crea es un tonto.
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MeaninglessGwei
· 11-07 09:02
El esquema de fondos ha sido confirmado. Prepárense para Ser engañados.
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MetaEggplant
· 11-06 06:48
Vamos a apañárnoslas. De todos modos, si perdemos dinero, ya se verá.
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GasWaster
· 11-05 21:51
Los que cobran comisiones son los creadores de mercado.
La transferencia internacional tradicional realmente puede ser un proceso complicado: los bancos y las instituciones de pago suelen cobrar entre un 3% y un 5% en comisiones, y es normal que el dinero esté en tránsito durante tres o cinco días. Además, si hay fluctuaciones en el tipo de cambio, los usuarios deben asumir el riesgo por sí mismos.
Recientemente, se ha observado que una stablecoin llamada XPL ha comenzado a hacer movimientos en el campo de los pagos transfronterizos. Su lógica no es muy compleja: eliminar a los intermediarios, permitiendo transferencias directas entre usuarios, con la promesa de comisiones cero y fondos que llegan en segundos. En cuanto a su estabilidad, se dice que se mantiene mediante un mecanismo de reservas en la cadena Plasma, con una paridad 1:1 respecto al dólar. Sin embargo, la transparencia de este mecanismo y su funcionamiento real aún deben ser observados de cerca.
En el sudeste asiático y América Latina, ya hay pequeñas y medianas empresas que están probando esta tecnología. Un ejemplo es una empresa de exportación de ropa en Vietnam que utilizó XPL para pagar a un proveedor en China. Antes, tenían que pagar 2000 dólares en comisiones y esperar cinco días; ahora, ahorran esa comisión y el pago es instantáneo. Según sus cálculos, ahorran unos 100,000 dólares al año y han triplicado la velocidad de circulación de su capital. Aunque estos datos parecen prometedores, todavía no hay estadísticas oficiales que confirmen cuántas empresas están adoptando esta tecnología a gran escala ni cuál es la aceptación del mercado.
Lo más interesante es la penetración en escenarios de consumo diario. Se dice que Plasma ya está integrado en más de 100,000 comercios físicos en todo el mundo, incluyendo restaurantes, tiendas y transporte. Sus billeteras digitales permiten pagos mediante escaneo de código, con un proceso similar al de WeChat Pay o Alipay, y las transacciones se completan en unos 10 segundos. Además, los comerciantes realizan promociones como "descuentos por pagos con XPL" para atraer a los usuarios.
Pero, para que los pagos con criptomonedas realmente se integren en la vida cotidiana, no basta con tener tecnología y cobertura en los comercios. La regulación, la educación de los usuarios y la estabilidad del valor de la moneda son desafíos clave que hay que afrontar. Solo así se podrá determinar qué tan lejos puede llegar esta tendencia.