El último informe de un importante banco suelta una bomba: la estancación de ingresos en los Estados está aplastando los sueños de propiedad de los trabajadores más jóvenes. La Generación Z está siendo golpeada peor que nadie: su oportunidad de ser propietarios de una vivienda sigue disminuyendo. Cuando los cheques de pago dejan de crecer pero los precios de la vivienda no, ¿quién pierde? La generación que ya se está ahogando en deudas estudiantiles y salarios de la economía de trabajos temporales.