Movimiento interesante de Pekín: acaban de poner en pausa ciertos aranceles dirigidos a las importaciones de EE. UU. mientras simultáneamente reducen los impuestos sobre los productos agrícolas. Esto no es solo una limpieza comercial; es una recalibración estratégica que podría tener un efecto en los mercados de materias primas y el apetito por el riesgo en todas las clases de activos.

Los recortes de tarifas agrícolas son particularmente importantes. La reducción de los costos de importación podría aliviar las presiones inflacionarias a nivel nacional, al mismo tiempo que señala un deshielo en las tensiones bilaterales. Para los comerciantes que observan los catalizadores macroeconómicos, este tipo de cambio de política a menudo precede a un mayor sentimiento de riesgo, algo que históricamente se correlaciona con los flujos de capital hacia activos alternativos.

Si esto marca una verdadera distensión o simplemente una posición táctica, está por verse, pero la conclusión inmediata es clara: la fluidez en la política comercial ha vuelto a estar sobre la mesa, y eso significa oportunidades de volatilidad en múltiples mercados.