Mirando hacia atrás en las revoluciones tecnológicas pasadas, hay un patrón sorprendente: cuando nuevas herramientas amenazan los medios de vida de los trabajadores del conocimiento, esos mismos educados a menudo se convierten en las voces más ruidosas a favor del cambio. La IA podría estar estableciendo la misma dinámica. Lo hemos visto antes con las imprentas, la maquinaria industrial y los ordenadores personales. Cada ola desplazó mano de obra cualificada, y cada vez, los desplazados lucharon con nuevas ideas y movimientos. ¿La diferencia ahora? La IA se mueve más rápido y golpea los empleos de cuello blanco más duro que cualquier cosa antes. Desarrolladores, escritores, analistas—personas que pensaban que su experiencia era intocable—de repente están mirando hacia la automatización. La historia sugiere que esto no termina en silencio. Cuando los trabajadores educados sienten la presión, no solo lo aceptan. Se organizan, innovan y, a veces, reforman sistemas enteros. Si eso significa nuevos modelos económicos, reformas políticas o formas completamente diferentes de trabajar, queda por verse. Pero si el pasado es un buen maestro, probablemente estaremos en medio de cierta turbulencia.
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RektCoaster
· hace22h
no voy a mentir, esto se siente diferente de verdad... los collares blancos finalmente están experimentando la ansiedad por la automatización jaja
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DevChive
· hace22h
Me ha atrapado la IA.
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RugpullSurvivor
· hace22h
smh... los de cuello blanco finalmente también están siendo rekt
Mirando hacia atrás en las revoluciones tecnológicas pasadas, hay un patrón sorprendente: cuando nuevas herramientas amenazan los medios de vida de los trabajadores del conocimiento, esos mismos educados a menudo se convierten en las voces más ruidosas a favor del cambio. La IA podría estar estableciendo la misma dinámica. Lo hemos visto antes con las imprentas, la maquinaria industrial y los ordenadores personales. Cada ola desplazó mano de obra cualificada, y cada vez, los desplazados lucharon con nuevas ideas y movimientos. ¿La diferencia ahora? La IA se mueve más rápido y golpea los empleos de cuello blanco más duro que cualquier cosa antes. Desarrolladores, escritores, analistas—personas que pensaban que su experiencia era intocable—de repente están mirando hacia la automatización. La historia sugiere que esto no termina en silencio. Cuando los trabajadores educados sienten la presión, no solo lo aceptan. Se organizan, innovan y, a veces, reforman sistemas enteros. Si eso significa nuevos modelos económicos, reformas políticas o formas completamente diferentes de trabajar, queda por verse. Pero si el pasado es un buen maestro, probablemente estaremos en medio de cierta turbulencia.