Para ser sincero, los cambios en los números de la cuenta en los últimos días me han dejado atónito.

Del 6 al 7, un total de 48 horas, fue como montar en una montaña rusa—no, mejor dicho, un cohete. Con un capital de 10,000 U, directamente llegué a 300,000 U. Si esto no me hubiera pasado a mí, no creería que el mercado pudiera jugar así.

Ahora que lo pienso, todavía estoy un poco aturdido. En ese momento, miraba la tendencia de AIA y tenía las manos llenas de sudor.

Esa noche, el mercado estaba especialmente tranquilo, tan tranquilo que resultaba inquietante. Colocé una orden de compra en el nivel 3.309, para ser sincero, en ese momento era solo una apuesta, no tenía ninguna certeza. ¿Y qué pasó? Esta cosa subió como si estuviera loca, alcanzando de un tirón los 8.789.

Estoy mirando el gráfico de velas, mis dedos están temblando.

En el momento de 8.789, no dudé y salí directamente con ganancias. En el instante en que los 300,000 U llegaron, me quedé completamente aturdido. Esa sensación es difícil de describir: no es placentera, es una especie de "¿esto es realmente cierto?" de asombro.

Para mí, la moneda AIA tiene un significado diferente. No es un mito, simplemente tomé la decisión correcta en el momento adecuado. Así es el mercado de criptomonedas, a veces la suerte llega y no hay forma de detenerla, pero la condición es que debes estar en el campo y atreverte a apostar.

Esta operación me ha hecho reevaluar lo que significa una oportunidad en el mercado. Por supuesto, el riesgo siempre coexiste con la rentabilidad, y si la próxima vez podré aprovecharla dependerá del destino.