Cuando se trata de cuestiones monetarias, los conceptos de religión y creencias no entran en juego. En el mundo financiero, el dinero tiene una lógica propia: es universal e imparcial.
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Cuando se trata de cuestiones monetarias, los conceptos de religión y creencias no entran en juego. En el mundo financiero, el dinero tiene una lógica propia: es universal e imparcial.