La gente todavía subestima cuánto daño hizo la SEC durante esa época. En lugar de impulsar la innovación hacia adelante, todo el espacio cripto perdió años retorciéndose en pretzels regulatorios. Los proyectos cambiaron de dirección, el capital huyó al extranjero y los desarrolladores pasaron más tiempo con abogados que escribiendo código. Ese enfoque regulatorio no solo ralentizó las cosas, sino que transformó fundamentalmente lo que podría haberse construido. Solo ahora estamos empezando a ver el verdadero costo de esos años perdidos.