¿Recuerdas la Operación Choke Point? ¿La estrategia del DOJ de la era Obama de usar revisiones financieras para enfrentarse a negocios considerados “de riesgo”? Ahora ha vuelto, esta vez dirigida a Bitcoin y las criptomonedas.
La repetición de la historia: de los años 2010 a 2023
En los años 2010, las autoridades regulatorias de EE. UU. lanzaron un proyecto llamado “Operation Choke Point”, que presionaba directamente a los bancos para que cortaran relaciones con negocios considerados “de riesgo”, como ventas de armas, préstamos de día de pago e incluso servicios para adultos. La excusa oficial era la lucha contra el fraude, pero en realidad era una revisión financiera.
En 2023, el mismo guion se repite, solo que ahora el objetivo son las criptomonedas.
Reacción en cadena en tres bancos
Lo ocurrido en solo unos días en marzo de 2023 ilustra claramente la situación:
Silvergate Bank (8 de marzo): se autoliquidó voluntariamente. Este banco había atendido a clientes de criptomonedas desde 2013, pero tras el colapso de FTX y la presión regulatoria, se vio obligado a cerrar.
Silicon Valley Bank (10 de marzo): fue intervenido por el gobierno de California, convirtiéndose en la segunda mayor quiebra bancaria en EE. UU. Su problema no fue por criptomonedas —fue por riesgo de tasas de interés—, pero sus clientes cripto estaban retirando fondos a toda prisa.
Signature Bank (12 de marzo): cerrado por Nueva York. Aproximadamente el 30% de sus depósitos provenían del sector cripto, y finalmente fue cerrado bajo presión regulatoria. La Reserva Federal rechazó aceptar depósitos relacionados con criptomonedas.
Detalle clave: La caída de Signature Bank no fue por quiebra. Barney Frank, exlíder de la Cámara y miembro de la junta de Signature, afirmó claramente: “Creo que las autoridades regulatorias quieren enviar una señal muy fuerte contra las criptomonedas”. El Wall Street Journal confirmó esta visión: la Fed excluyó específicamente los depósitos relacionados con criptomonedas, no por regulación, sino por política.
La ofensiva oficial del gobierno de Biden
A principios de 2023, el gobierno de Biden lanzó una serie de políticas coordinadas:
3 de enero: La Reserva Federal, la FDIC y la Oficina de Control de la Moneda emitieron un comunicado advirtiendo a los bancos que se mantuvieran alejados de los “riesgos” de los activos criptográficos.
27 de enero: la Casa Blanca publicó la “Hoja de ruta para mitigar riesgos en criptomonedas”, afirmando que estas representan una “amenaza a la estabilidad financiera” y que no apoyan que fondos de pensiones ingresen a este mercado.
7 de febrero: la Reserva Federal anunció la prohibición para que los bancos estatales posean cualquier cantidad de activos criptográficos.
2 de mayo: Biden propuso un impuesto del 30% sobre la electricidad utilizada por los mineros de Bitcoin, en nombre de la protección ambiental.
Estas no son acciones aisladas, sino parte de una ofensiva coordinada.
¿Por qué debería importarle a Bitcoin?
Muchos en la comunidad de Bitcoin piensan que: Bitcoin es descentralizado y no necesita bancos. Pero, ¿por qué es importante la presión regulatoria?
Respuesta: los costos de cumplimiento.
Si las empresas legítimas relacionadas con Bitcoin son expulsadas del sistema financiero estadounidense, ¿qué pasará?
Estancamiento de la innovación: innovadores como Custodia Bank, que intentan construir puentes entre las finanzas tradicionales y Bitcoin, se ven bloqueados por no poder acceder a cuentas en la Fed. Custodia incluso demandó a la Fed.
Los cumplidores se ven obligados a irse: los equipos que intentan seguir las reglas son excluidos, mientras que las alternativas offshore (como FTX en su momento) prosperan. FTX, por ejemplo, estafó miles de millones en el Caribe, porque no estaba bajo regulación estadounidense.
Bitcoin como “cabeza de turco”: las autoridades mezclan Bitcoin con otras criptomonedas. Bitcoin es reconocido como una materia prima, y debería tener reglas más laxas, pero en cambio se le encasilla en el término general de “criptomonedas”.
La problemática va más allá de lo aparente
Brian Morgenstern, director de políticas de Riot Platforms, señala una contradicción clave:
“La Casa Blanca propone un impuesto sobre la electricidad de los mineros de Bitcoin — lo cual es una admisión directa de que quieren controlar una actividad legal. Si no fuera por prejuicios profundos contra la descentralización, esto no tendría sentido.”
El senador Bill Hagerty también lo dice claramente: las autoridades asumen que todas las empresas de criptomonedas están involucradas en actividades ilegales, ignorando el potencial de la industria.
¿Cómo romper el estancamiento?
Caitlin Long, fundadora de Custodia, ofrece una solución a largo plazo:
O las autoridades construyen puentes regulatorios que permitan a las empresas legítimas interactuar con el sistema financiero tradicional; o el sector financiero simplemente lo sortea, como hizo con Internet y los medios tradicionales. Al final, las autoridades pierden autoridad.
Su consejo práctico: los defensores de Bitcoin deben comunicarse activamente con los políticos, ayudándoles a entender la diferencia entre Bitcoin y las “criptomonedas”, y resaltando el valor de Bitcoin para la inclusión financiera.
En conclusión
Operation Choke Point 2.0 existe realmente. Su poder no radica en acabar con Bitcoin, sino en retrasar su adopción masiva. Pero, como dice Long: “Las monedas nativas de Internet ya existen. No se pueden ‘cancelar’”. Mientras las políticas sigan bloqueando los canales regulatorios domésticos, las alternativas internacionales y descentralizadas seguirán fortaleciéndose — justo lo que las autoridades quieren evitar.
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La guerra de la Fed contra las criptomonedas: Cómo los reguladores de EE.UU. están recreando el control asfixiante de la banca
¿Recuerdas la Operación Choke Point? ¿La estrategia del DOJ de la era Obama de usar revisiones financieras para enfrentarse a negocios considerados “de riesgo”? Ahora ha vuelto, esta vez dirigida a Bitcoin y las criptomonedas.
La repetición de la historia: de los años 2010 a 2023
En los años 2010, las autoridades regulatorias de EE. UU. lanzaron un proyecto llamado “Operation Choke Point”, que presionaba directamente a los bancos para que cortaran relaciones con negocios considerados “de riesgo”, como ventas de armas, préstamos de día de pago e incluso servicios para adultos. La excusa oficial era la lucha contra el fraude, pero en realidad era una revisión financiera.
En 2023, el mismo guion se repite, solo que ahora el objetivo son las criptomonedas.
Reacción en cadena en tres bancos
Lo ocurrido en solo unos días en marzo de 2023 ilustra claramente la situación:
Detalle clave: La caída de Signature Bank no fue por quiebra. Barney Frank, exlíder de la Cámara y miembro de la junta de Signature, afirmó claramente: “Creo que las autoridades regulatorias quieren enviar una señal muy fuerte contra las criptomonedas”. El Wall Street Journal confirmó esta visión: la Fed excluyó específicamente los depósitos relacionados con criptomonedas, no por regulación, sino por política.
La ofensiva oficial del gobierno de Biden
A principios de 2023, el gobierno de Biden lanzó una serie de políticas coordinadas:
3 de enero: La Reserva Federal, la FDIC y la Oficina de Control de la Moneda emitieron un comunicado advirtiendo a los bancos que se mantuvieran alejados de los “riesgos” de los activos criptográficos.
27 de enero: la Casa Blanca publicó la “Hoja de ruta para mitigar riesgos en criptomonedas”, afirmando que estas representan una “amenaza a la estabilidad financiera” y que no apoyan que fondos de pensiones ingresen a este mercado.
7 de febrero: la Reserva Federal anunció la prohibición para que los bancos estatales posean cualquier cantidad de activos criptográficos.
2 de mayo: Biden propuso un impuesto del 30% sobre la electricidad utilizada por los mineros de Bitcoin, en nombre de la protección ambiental.
Estas no son acciones aisladas, sino parte de una ofensiva coordinada.
¿Por qué debería importarle a Bitcoin?
Muchos en la comunidad de Bitcoin piensan que: Bitcoin es descentralizado y no necesita bancos. Pero, ¿por qué es importante la presión regulatoria?
Respuesta: los costos de cumplimiento.
Si las empresas legítimas relacionadas con Bitcoin son expulsadas del sistema financiero estadounidense, ¿qué pasará?
Estancamiento de la innovación: innovadores como Custodia Bank, que intentan construir puentes entre las finanzas tradicionales y Bitcoin, se ven bloqueados por no poder acceder a cuentas en la Fed. Custodia incluso demandó a la Fed.
Los cumplidores se ven obligados a irse: los equipos que intentan seguir las reglas son excluidos, mientras que las alternativas offshore (como FTX en su momento) prosperan. FTX, por ejemplo, estafó miles de millones en el Caribe, porque no estaba bajo regulación estadounidense.
Bitcoin como “cabeza de turco”: las autoridades mezclan Bitcoin con otras criptomonedas. Bitcoin es reconocido como una materia prima, y debería tener reglas más laxas, pero en cambio se le encasilla en el término general de “criptomonedas”.
La problemática va más allá de lo aparente
Brian Morgenstern, director de políticas de Riot Platforms, señala una contradicción clave:
El senador Bill Hagerty también lo dice claramente: las autoridades asumen que todas las empresas de criptomonedas están involucradas en actividades ilegales, ignorando el potencial de la industria.
¿Cómo romper el estancamiento?
Caitlin Long, fundadora de Custodia, ofrece una solución a largo plazo:
O las autoridades construyen puentes regulatorios que permitan a las empresas legítimas interactuar con el sistema financiero tradicional; o el sector financiero simplemente lo sortea, como hizo con Internet y los medios tradicionales. Al final, las autoridades pierden autoridad.
Su consejo práctico: los defensores de Bitcoin deben comunicarse activamente con los políticos, ayudándoles a entender la diferencia entre Bitcoin y las “criptomonedas”, y resaltando el valor de Bitcoin para la inclusión financiera.
En conclusión
Operation Choke Point 2.0 existe realmente. Su poder no radica en acabar con Bitcoin, sino en retrasar su adopción masiva. Pero, como dice Long: “Las monedas nativas de Internet ya existen. No se pueden ‘cancelar’”. Mientras las políticas sigan bloqueando los canales regulatorios domésticos, las alternativas internacionales y descentralizadas seguirán fortaleciéndose — justo lo que las autoridades quieren evitar.