Esta semana, SBF apareció en el juicio, el príncipe encriptación de 31 años tuvo un gran cambio: se cortó el cabello, vistió un traje formal y se ató los zapatos, pareciendo un recluta recién ingresado.
Esta imagen tiene un contraste interesante. El “genio rebelde” que solía mostrarse con cabello desordenado y pantalones cortos de Bermuda, ahora parece un joven arrepentido. A simple vista, parece que está tratando de agradar al jurado, pero los analistas legales señalan que esto podría ser un error de estrategia.
¿Por qué este disfraz podría tener el efecto contrario?
La estrategia de defensa de SBF es echar culpas—afirmando que es un novato influenciado por “expertos” a su alrededor, utilizando la defensa de “consejos de asesores” (advice-of-counsel). En otras palabras, está respaldando su imagen de no ser lo suficientemente profesional y ser fácilmente engañado.
Pero ahora, vestido adecuadamente y bien presentado, esto envía un mensaje opuesto al jurado: una persona astuta, seria y capaz de controlar la situación. Esto choca completamente con la defensa de “soy solo un novato engañado”.
Pregunta clave: La percepción pública de SBF ya está consolidada, cambiar de peinado no cambiará eso. En lugar de disfrazarse de extraño para complacer al jurado, es mejor mantener su verdadera personalidad, lo que se ajusta más a la defensa de “joven, genio pero con falta de experiencia”.
Esta semana, en la fase de selección del jurado, los medios están hablando de su nuevo peinado, pero la verdadera pregunta es: ¿Puede una transformación de imagen cambiar la opinión pública sobre una condena ya establecida? Es difícil.
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¿El "disfraz" de SBF en el juicio en realidad le hace daño?
Esta semana, SBF apareció en el juicio, el príncipe encriptación de 31 años tuvo un gran cambio: se cortó el cabello, vistió un traje formal y se ató los zapatos, pareciendo un recluta recién ingresado.
Esta imagen tiene un contraste interesante. El “genio rebelde” que solía mostrarse con cabello desordenado y pantalones cortos de Bermuda, ahora parece un joven arrepentido. A simple vista, parece que está tratando de agradar al jurado, pero los analistas legales señalan que esto podría ser un error de estrategia.
¿Por qué este disfraz podría tener el efecto contrario?
La estrategia de defensa de SBF es echar culpas—afirmando que es un novato influenciado por “expertos” a su alrededor, utilizando la defensa de “consejos de asesores” (advice-of-counsel). En otras palabras, está respaldando su imagen de no ser lo suficientemente profesional y ser fácilmente engañado.
Pero ahora, vestido adecuadamente y bien presentado, esto envía un mensaje opuesto al jurado: una persona astuta, seria y capaz de controlar la situación. Esto choca completamente con la defensa de “soy solo un novato engañado”.
Pregunta clave: La percepción pública de SBF ya está consolidada, cambiar de peinado no cambiará eso. En lugar de disfrazarse de extraño para complacer al jurado, es mejor mantener su verdadera personalidad, lo que se ajusta más a la defensa de “joven, genio pero con falta de experiencia”.
Esta semana, en la fase de selección del jurado, los medios están hablando de su nuevo peinado, pero la verdadera pregunta es: ¿Puede una transformación de imagen cambiar la opinión pública sobre una condena ya establecida? Es difícil.