Los datos económicos muestran que la red de seguridad social se ha ampliado significativamente y el gasto de los consumidores está acelerando su ritmo. Esa es la buena noticia. Pero aquí está la realidad: con una población envejeciendo que presiona los presupuestos, simplemente ampliar los programas actuales no será suficiente. Tanto las inversiones en la red de seguridad como el consumo de los hogares deben crecer mucho más para poner la economía en una base verdaderamente sostenible. De lo contrario, las cuentas no cuadran a largo plazo.