La industria de la encriptación en Japón está entrando en una nueva etapa: más disciplinada y experta. La Agencia de Servicios Financieros (FSA) está intensificando la regulación, incorporando las actividades de préstamos y staking en el ámbito de la Ley de Instrumentos Financieros para garantizar la gestión de riesgos, separar los fondos y proteger a los inversores.
Las rondas de venta de tokens públicos también están limitadas, con una propuesta de inversión máxima de 2 millones de yenes o el 5% de los ingresos anuales para reducir el riesgo de especulación. Al mismo tiempo, los tres bancos más grandes de Japón – MUFG, Sumitomo Mitsui y Mizuho – están desarrollando una red de stablecoin respaldada por el gobierno para pagos transfronterizos. Esto no es una represión, sino un paso de reequilibrio estratégico, convirtiendo a Japón en un modelo global de gestión de encriptación de dinero transparente y seguro.
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Japón está redactando nuevamente las regulaciones sobre activo digital para fusionar las criptomonedas con las finanzas tradicionales.
La industria de la encriptación en Japón está entrando en una nueva etapa: más disciplinada y experta. La Agencia de Servicios Financieros (FSA) está intensificando la regulación, incorporando las actividades de préstamos y staking en el ámbito de la Ley de Instrumentos Financieros para garantizar la gestión de riesgos, separar los fondos y proteger a los inversores.
Las rondas de venta de tokens públicos también están limitadas, con una propuesta de inversión máxima de 2 millones de yenes o el 5% de los ingresos anuales para reducir el riesgo de especulación. Al mismo tiempo, los tres bancos más grandes de Japón – MUFG, Sumitomo Mitsui y Mizuho – están desarrollando una red de stablecoin respaldada por el gobierno para pagos transfronterizos. Esto no es una represión, sino un paso de reequilibrio estratégico, convirtiendo a Japón en un modelo global de gestión de encriptación de dinero transparente y seguro.